domingo, 8 de junio de 2025

"Sirat" de Oliver Laxe, una experiencia sensorial llena de lecciones de vida

Tras el premio obtenido en el Festival de Cannes, "Sirat" de Oliver Laxe llega a la cartelera española entre la expectación y la curiosidad. Esta fiesta visual llena de creatividad y giros de guion, nos traslada a una rave en el desierto de Marruecos llena de música electrónica, personajes auténticos y mensajes de vida.

Oliver Laxe ya estuvo en Cannes con su opera prima "Mimosas" que se llevó el premio de la semana de la crítica. Algo hacía intuir que su cine obsesionado por las imágenes impactantes y los silencios a gritos, explotaría en algún momento. Ese momento ha llegado. "Sirat" es el culmen de una filmografía corta pero interesante y muy coherente.

Si algo se le puede reconocer al director es la seña de identidad tan característica que tienen sus películas. Quizás por ello, El Deseo de Pedro Almodóvar ha decidido sumarse a la producción. No en vano, en ambos cineastas hay un deseo por mostrar a los olvidados, a aquellos que la sociedad prefiere no ver y margina


Las raves, siempre asociadas a la música electrónica, las drogas y las personas más alejadas de la sociedad tradicional, toman el protagonismo en una historia de búsqueda y huida a la vez. Sergi López, único actor adulto profesional en la película, interpreta a un padre que, acompañado de su hijo, busca a una hija desaparecida pensando que se encuentra en alguna de estas fiestas organizadas en el desierto de Marruecos. 

El resto del elenco, no profesional y seleccionado en las propias raves, aportan una tremenda verdad. En todo momento vives bajo la óptica de los que pocas veces tienen voz. La música es una protagonista más y el sonido envolvente te encierra en su mundo. Un mundo que está en vías de explotar y, hasta en eso, ellos viven al margen huyendo de una realidad que no les gusta ni les interesa.


Y ahí dentro de ese otro mundo, el espectador vive una experiencia cinematográfica única poniendo de manifiesto que el alcance del cine es infinito. El espectador tardará en borrar de su mente un elenco de personajes tan auténticos y reales. Una lección sobre lo que traslada la palabra Sirat, el estrecho y fino puente que te separa del infierno. Nunca un título fue tan revelador y simbólicamente acertado como éste. 

La road movie más impactante que podrás ver en mucho tiempo, un camino a ninguna parte donde no se trata de escuchar, solo de bailar.

José Daniel Díaz

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