Netflix estrena "Dos tumbas", su nueva serie sobre un tema que suele generar mucho interés en el espectador: La desaparición de dos chicas jóvenes que encierra grandes misterios. Bajo esa premisa, el director Kike Maíllo presenta un dinámico thriller en tres capítulos que funciona gracias a sus tres protagonistas: Kiti Mánver, Álvaro Morte y Hovik Keuchkerian.
Siempre me interesa lo que pueda proponer Kike Maíllo, un director que desde su opera prima "Eva" (que le valió el Goya a mejor director novel) ha planteado títulos interesantes y diferentes. Ahora tras algunas incursiones en este formato como "Élite" ó "El Continental", se atreve con una miniserie de tres capítulos que no da tregua y mantiene el interés a lo largo de todo su metraje.
Kiti Mánver como abuela de una de las jóvenes, y Hovik Keuchkerian y Álvaro Morte como padres de las desaparecidas, forman un trío claramente definido. Sorprende descubrir la faceta de mafioso de Álvaro Morte y la de humilde empresario de hostelería de Hovik Keuchkerian. Perfiles muy distintos que encuentran una curiosa unión a través del personaje de Kiti Mánver.
Si algo define "Dos tumbas" es su marcado carácter familiar. El enfoque de la serie está muy centrado en las dos familias, más allá de las investigaciones policiales. Se interesa más en cómo influye esta situación cuando se convierte en una búsqueda mediática. Y también me interesa el desconocimiento que tienen habitualmente los padres sobre los intereses y acciones de sus hijos. Da igual si eres un delincuente o un ciudadano ejemplar, es muy difícil saber lo que hacen. Solo queda confiar en ellos.
Nos encontramos ante una serie muy entretenida, abierta a todo tipo de público y a la que no le faltan sus giros de guion sorprendentes. Y además igual aprendemos algo sobre las inquietudes de los adolescentes. Quién sabe.
José Daniel Díaz
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