Si habéis seguido con cierto interés la carrera del director Cesc Gay, esta película os parecerá un paso lógico en una carrera dedicada a las relaciones humanas, a plantear dilemas a los que se enfrenta el ser humano cada día, al uso del diálogo como arma más sorprendente y reveladora en una historia. Su cine tiene la gran virtud de conjugar drama y comedia de la misma forma que se alterna en nuestras vidas.
Si revisamos su filmografía encontramos títulos que todo cinéfilo que se precie no debería obviar. "En la ciudad" es un buen ejemplo de cómo vive el cine Cesc Gay y "Una pistola en cada mano" se ha convertido en un referente para una generación. "Truman" no es más que la evolución serena de un gran talento al que cada día le queda un poco menos para ser mítico e imprescindible.
"Truman" es una bella historia de amistad. Julian (Ricardo Darín) tiene una enfermedad terminal y recibe la visita de su mejor amigo Tomás (Javier Cámara) desde Canadá para pasar unos días con él y con Truman, su fiel perro.
Este canto a la amistad es una buena muestra de la realidad masculina. Pocos directores saben reflejar mejor cómo se relacionan los hombres, cómo piensan y qué esperan del otro. Si Almodóvar ha sido el gran contador de historias de mujeres, Cesc Gay lo es para el género masculino. Y como decía, esta historia es un gran retrato del comportamiento entre hombres.
Y nadie mejor para reflejarlo que dos actores en estado de gracia: Ricardo Darín y Javier Cámara. Seríamos incapaces de poner otros rostros a la pareja protagonista. Justos ganadores de la Concha en el Festival de Cine de San Sebastián, ya son los favoritos para llevarse también el preciado Goya. La química que desprenden es inmejorable, se nota una conexión que va más allá del trabajo. Además completa el gran trabajo interpretativo un gran número de secundarios de lujo como Eduard Fernández, Nathalie Poza, Pedro Casablanc, Alex Brendemühl ó Javier Gutiérrez.
No nos olvidemos de un tercer actor protagonista tan importante como los anteriores, el perro Truman. El propio director comentaba que el animal tenía unas expresiones tan auténticas que robó más planos de los inicialmente previstos. Y es que se creó un vínculo muy fuerte entre su dueño ficticio, Darín, y el propio can hasta tal punto que el actor no pudo reprimir las lágrimas cuando le preguntaron por él en San Sebastián ya que había fallecido hace escasas fechas.
No nos equivocamos si os decimos que nos encontramos ante una de las mejores películas españolas del año. Extraordinaria.
José Daniel Díaz Tercero
No nos olvidemos de un tercer actor protagonista tan importante como los anteriores, el perro Truman. El propio director comentaba que el animal tenía unas expresiones tan auténticas que robó más planos de los inicialmente previstos. Y es que se creó un vínculo muy fuerte entre su dueño ficticio, Darín, y el propio can hasta tal punto que el actor no pudo reprimir las lágrimas cuando le preguntaron por él en San Sebastián ya que había fallecido hace escasas fechas.
No nos equivocamos si os decimos que nos encontramos ante una de las mejores películas españolas del año. Extraordinaria.
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