Tras el gran éxito de "Stockholm", Rodrigo Sorogoyen ha podido sacar adelante su nuevo proyecto cuyo guión firma junto a Isabel Peña. "Que Dios nos perdone" es un thriller policial cuyo único parecido con su anterior trabajo está en la ubicación, Madrid. La película ha recibido muy buenas críticas al saber conjugar los dramas personales de los personajes con la intriga del caso que investigan.
Seleccionada en la Sección Oficial, "Que Dios nos perdone" presenta la investigación de unos asesinatos a ancianas a través de dos policías que arrastran graves conflictos emocionales. Todo ello ambientado en el Madrid del 2011, en pleno desarrollo de la Jornada Mundial de la Juventud que trajo al Papa a la capital. Rodrigo Sorogoyen comentaba en rueda de prensa que "vivimos ese contexto y nos pareció muy interesante y original. Podía ser el Papa o cualquier otra migración de gente".
Lo cierto es que utiliza las calles más céntricas de Madrid como un personaje más. Sus estrechas vías, su historia, su encanto y verdad, parecen facilitar el trabajo de dirección. Los dos protagonistas captan a la perfección la esencia de sus papeles. El inspector Alfaro (Roberto Álamo) es un hombre rudo y visceral que utiliza la violencia y el alcohol para intentar ocultar sus emociones mientras que el inspector Velarde (Antonio de la Torre) es un hombre metódico, parco en palabras, marcado por un constante tartamudeo que le impide relacionarse con sus semejantes.
Ambos, curiosamente, forman un tándem que se complementa mejor de lo esperado debido al respeto mutuo que se profesan. Resolver el caso de un violador y asesino de ancianas se convierte para ellos en un reto personal difícil de cerrar. Encontrar al culpable resulta aún más complicado cuando todo lo que te rodea está corrupto o viciado.
Es destacable la imagen tan deteriorada que encontramos en la policía. Todos sus componentes, curiosamente, son masculinos. El director hablaba de esta situación como "una casualidad" aunque cuesta no encontrar una cierta simbología con el machismo ó la violencia masculina.
Aplausos de crítica y público para un género cada vez más habitual en nuestra cinematografía. El cine español está demostrando que puede hacer thrillers de gran calidad sin perder su identidad o sin "americanizarse". Nuevos talentos como Rodrigo Sorogoyen lo están consiguiendo y San Sebastián ya ha dado su beneplácito.
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