Se estrena "20.000 especies de ajas" de Estíbaliz Urresola, la gran triunfadora del Festival de cine de Málaga con la Biznaga de oro a la mejor película y la Biznaga de plata a la mejor actriz de reparto. Previamente había conseguido el premio a mejor actriz protagonista la niña Sofía Otero en el prestigioso Festival de Berlín. Una atrevida historia sobre la transexualidad en el edad infantil que se presenta como una de las grandes bazas del cine español este año.
La directora Estíbaliz Urresola, que ya apuntó maneras con su cortometraje "Cuerdas" (nominado al Goya y triunfador en lo Premios Forqué), entra por la puerta grande con su opera prima "20.000 especies de abejas", una mirada valiente a la transexualidad en edad muy temprana. Inspirada en el suicidio de Ekai en 2018, un adolescente de 16 años que dejó una carta visibilizando esta situación, Estíbaliz compone una historia muy centrada en el entorno familiar. Aitor (Sofía Otero) sabe cuál es su identidad pero, para poder mostrarse al mundo tal y como es, necesita la aceptación y seguridad que solo los más cercanos le pueden ofrecer.
De esta manera, las reacciones de unos y de otros retratan a una sociedad que ignora sus necesidades. Como comentó la propia Estíbaliz al programa La Ventana de la Cadena SER, con la metáfora de las abejas, "quería señalar que dentro de una colmena hay muchas abejas diferentes con un rol específico, todas ellas necesarias para que sobreviva la colmena. Por otra parte, la cineasta cree que las abejas son insectos que al principio dan miedo y generan rechazo, al igual que el tema de las infancias trans."
Sin duda, encontramos en su protagonista, Sofía Otero, el mayor acierto de la película. Su mirada transmite, sin aparente esfuerzo, una gran cantidad de emociones. Con la siempre solvente Patricia López Arnáiz en el papel de su madre, el tándem que forman ambas intérpretes es sobresaliente. Una historia de enfoque eminentemente femenino donde cada personaje representa un perfil de nuestra sociedad y nos ayuda a revelar dónde nos situamos cada uno de nosotros.
"20.000 especies de abejas" no es perfecta. Bienintencionada y llena de virtudes, también arrastra algún defecto. Su ritmo es excesivamente lento, muy pausado al principio para revelarse apresurado en la recta final. Y las subtramas que rodean la trama principal se quedan en ocasiones algo difusas y llenas de interrogantes. Posiblemente ésa sea la intención pero como espectador nos quedamos con claves pendientes de revelar o encajar.
José Daniel Díaz
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