martes, 17 de octubre de 2023

El regreso de Víctor Erice con "Cerrar los ojos" marca esta jornada del Festival de San Sebastián

Víctor Erice es el gran protagonista de la jornada con la presentación de su último film, "Cerrar los ojos". Tras su premiere en Cannes, es Donosti su gran puesta de largo en territorio nacional. Además recibió el premio Donostia. Completan la jornada "Un viaje en primavera", "Los impactados" y "Bauryna Salu".


Llegamos al tramo final del Festival, y hoy es un día grande, un día muy especial para el cine español, y para todos lo que amamos al Cine en Mayúscula. A sus ochenta y tres años, Víctor Erice, ha vuelto a estrenar un largometraje de ficción en solitario sin haber estrenado ninguno en los últimos cuarenta años, hoy jueves es Fiesta en el Festival de San Sebastián, con su película "Cerrar los ojos".

Un célebre actor español, Julio Arenas, desaparece durante el rodaje de una película. Aunque nunca se llega a encontrar su cadáver, la policía concluye que ha sufrido un accidente al borde del mar. Muchos años después, esta suerte de misterio vuelve a la actualidad a raíz de un programa de televisión que pretende evocar la figura del actor, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas en que participó, rodadas por el que fue su íntimo amigo, el director Miguel Garay.

En estos cuarenta años, desde 1991 con "El sol del membrillo", Erice no ha dejado de trabajar, lo hizo en el 2002 con "El Alumbramiento", con el documental de treinta y tres minutos "La Morte Rouge", en 2007 con "Erice -Kiarostami Correspondencias", en el 2011 "Ana, Tres minutos en uno" de los veinte cortos de tres minuto que constituyen "3.11 Sense Of Home", y "Vidrios Partidos" en el 2016.
Volviendo a "El espíritu de la colmena", los miedos, los temores de Ana, la niña, eran mis miedos, me marcó cuando la vi, esos miedos que afloran en la infancia y de su relación con el mundo adulto, esos miedos infantiles, toda la película rezuma una belleza cósmica intangible una melancolía impregnado de un cierto realismo mágico, y en cómo nos enfrentamos en  el día a día, como si fuéramos un enjambre, una colmena.

Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender. En esta colmena, algo es diferente, un espíritu sigiloso que no todos pueden ver, recorre las calles sin vida de un pueblo castellano, agita suavemente los encinares, y que hace despertar conciencia, cambiar miradas para siempre, en ese viaje sin retorno hacia la edad adulta. Tiene muchas lecturas, pero también en el apartado visual, en apenas 90 minutos, un relato que se mueve con ritmo pasivo de acuerdo a lo que vemos, hay sugerencias , nos recrea atmósferas y ambientes, y a la vez jugar con los sonidos, los olores en la memoria, Y de fondo el vacío de la posguerra, los sueños perdidos, de los que ganaron y los que perdieron, por encima está el triunfo de la memoria y esas miradas de las dos niñas. Por eso, así que con lo que he expresado iba bastante entregado a ver "Cerrar los ojos".


En principio sus tres horas de metraje, pero después de tanto tiempo sin estrenar un film, y con la duda que sí volverá a dirigir, ¿quién se atreve a cuestionar al maestro en la duración de su obra o de cualquier otra cosa? Todo es un claro homenaje del director al mundo del cine, es su propia despedida, hay elementos de todas sus cintas anteriores, es como si Erice hubiera necesitado hacer esta película para estar tranquilo consigo mismo, quizás por eso, no hay ni una sola persona conflictiva en todo el reparto; sino siquiera que obstaculice nada de cuando sucede. Una película perfecta en sí misma, y como ejercicio de metacine. De su elenco actoral Manolo Solo hace una interpretación magistral por encima de los demás, Jose Coronado, nos sorprende también con su parte más vulnerable, hay poco protagonismo de los personajes femeninos, lo mismo necesitábamos saber más de ellas, sobre todo la de Soledad Villamil, que solo aparece diez minutos, esa historia de desamor que le une al protagonista, podía haber sido un poco más extensa, nada que reprochar a Ana Torrent, Petra Martinez, Maria Leon.

Cuando sales de la proyección, y ya con los ojos abiertos, vas pensando que he vivido una experiencia cinematográfica conmovedora y emocional, los diálogos están llenos de significado y resuenan invitando a la reflexión sobre la pérdida, la memoria, la identidad, esa sencillez en la madurez y en la poesía, que desprende su puesta en escena, la delicadeza de la dirección de fotografía de Valentín Álvarez, en la dirección artística que hace Rincón Marinas, esos maravillosos silencios. Aclarar que no es una película para todo el mundo, hay que tener paciencia y prestar mucha atención, pero a cambio, es una historia brillante, con muchas escenas recordables, una sucesión de conversaciones alrededor del paso del tiempo y el poder del relato, como la primera escena que aparece un tablero de ajedrez mal colocado.

Nos sentimos todos como Manolo Solo, sin miedo pero con esperanza, el poder evocador de una mirada por ser única, puede justificar una vida, por los caminos que llevan al olvido, de los sentimientos aparcados a su expresión contenida. Decir que en principio su metraje original era de 240 minutos. Y es el propio espectador el que debe completar el puzzle y darle significado. Antes me he olvidado de Max genial Mario Pardo, porque simboliza el pragmatismo vital y es el único que sonríe a pesar de todo.  Con un magnífico acierto el Festival de San Sebastián, otorgará el premio Donostia a Víctor Erice, con una sala de prensa llena y un largo y emotivo aplauso de todo los presentes, en su rueda de prensa, que nos comentó que "nunca me fui, he seguido filmando, no he dejado de ser director de cine, desde hace tiempo uso el video y la imagen digital", y que le da mucha pena, por las nuevas tecnologías que el lado artesanal del cine, está desapareciendo, y que lo más difícil fue encontrar la financiación, una labor dura y muy complicada.


También que todos sus largometrajes de ficción tienen algo de autobiográfico, "hay algo de mi en todos y cada uno de los personajes, incluyendo las de mujeres", y sobre el cine actual, explica que "distingo entre el cine y las películas que se hacen, ya sea para el cine o solo para las plataformas", que hay una cantidad grande de películas que contienen ni un solo minuto de cine, se han convertido en un entretenimiento de masas a escalas planetarias, con miles y miles de horas de imágenes que circulan sin cesar por el ciberespacio, estamos en un momento de exaltación narcisista, reconoce que no ve tantas películas como en años anteriores, y que como verlas en una sala de cine, no tiene precio. "Yo me considero un cineasta, o lo que es igual, alguien que se expresa, que puede recurrir a la ilustración de las palabras en la fase de ese género híbrido que es al guion cinematográfico", subraya que el arte ha envejecido vertiginosamente experimentado un agotamiento.

Me quedo como una película inagotable en ella misma, que ha venido a decir lo que tiene que decir y con eso basta. Película sobre la mirada como sujeto y objeto portador de la verdad del cine. Porque la identidad de cada uno está en uno, en las máscaras ni en los nombres que adopte, sino que está en los otros, en su capacidad para descubrirnos, recordarnos, iluminar es vida y finalmente conocernos.

Además de esta Obra, también hemos visto hoy otras películas como "Un viaje en primavera". Un anciano con cojera, Khim-Hok, ha dependido de su esposa a lo largo de los años. Viven en una vieja casa en la periferia urbana de Taipei. Tras la repentina muerte de su mujer, Khim-Hok la coloca en un viejo congelador y continúa viviendo una vida aparentemente tranquila. Pero su hijo, del que estaba distanciado desde hace mucho tiempo, y su nueva pareja aparecen de repente, por lo que finalmente Khim-Hok debe afrontar la muerte de su esposa.

Esta pequeña propuesta taiwanesa, con un comienzo iniciales sin diálogos, que apenas dura 90 minutos, nos va costando entrar en la historia, poco a poco te va interesando, esas personas mayores en su día a día, ese matrimonio subiendo en una cuesta infinita con todo el peso de sus compras, nos hace comprender y despierta nuestra emociones y sentimientos. Si la vemos con tranquilidad, con calma, vamos entendiendo los silencios, el conformismo, de esas personas que apenas se dirigen a palabra, y que en ocasiones discuten hasta la saciedad, pero que no pueden vivir el uno con el otro, y sobre todo, lo que han compartido toda una vida, no tiene mucha conciencia de lo que para ellos significa , no estar solo, estar en compañía. Otro de los protagonistas es un congelador, y los remordimientos del viudo, aquejado de una cojera, taciturno, y huraño.


Filmada originalmente en 6 mm y proyectada en digital. Un bello canto sobre un duelo, y el  autoconocimiento, Una pequeña joya.

Nos encaminamos al Kursaal 2, con la película "Los impactados". El impacto de un rayo que sufre Ada durante una tormenta en el campo la configura física y psíquicamente. Además de las secuelas visibles la inquietan una serie de extraños síntomas que no puede controlar: alucinaciones visuales y auditivas, descargas eléctricas y confusiones temporales que terminan alejándose de lo que fue su vida antes. Encuentra sostén en un grupo de impactados y el médico en quien confían ciegamente. Para Ada, el camino hacia la electrofilia será un viaje sin retorno.
 
Luis Puenzo, con una filmografía de 31 películas, nos trae lo último que ha dirigido, dentro de la Sección Horizontes, su primera película "XXY" fue galardonada en 2007 con el gran premio del Festival de Cannes, y el Goya y el Ariel a la mejor película extranjera. Su segunda fue "El niño pez", 2009 que abrió la Sección Panorama, en Berlín. En otra ocasión, no trae una trama entretenida, donde hay muchas referencias, los grupos de apoyo, médicos, y va de la comedia al drama, entre la terapia alternativa y la farmacoquímica. De hecho en la actualidad existen grupos de supervivientes alcanzados por rayos eléctricos.


Lo que de verdad nos interesa de este tema, que por cierto no hay tantas referencias al respecto, y nos llama mucho la atención, es que las personas que han sufrido este tipo de impactos pueden volverse adictas a la electricidad porque desean sentir lo mismo que sintieron cuando recibieron el impacto.
La fotografía es todo un acierto con colores fríos, esos estados de ánimos, de sentimientos, que dibuja a todos los personajes a lo largo de toda la proyección. Un film correcto, bien dirigido, con buenos protagonistas, y sobre todo muy creíble, esos personajes que sobreviven cuando les atraviesa un rayo.
Lo que es seguro, es que tendré mucho cuidado cuando llueva y haya tormentas eléctricas, pero que mucho cuidado.

Entre película y película nos da tiempo a ir a presentaciones de proyectos en este caso una serie de Atresplayer que presenta "La red púrpura". Es la continuación de la saga Carmen Mola que comenzó con "La novia gitana", pudimos ver el grandioso trailer de esta segunda temporada que la dirige de nuevo Paco Cabezas, que comentó que en esta temporada la serie crece en intensidad y que levantará una serie de ampollas y provocará preguntas, como que no sabemos lo que están viendo en sus pantallas nuestros hijos adolescentes, o que los niños no saben diferenciar sexo y violencia. En la presentación además de su director, estuvo al completo su equipo actoral. Muchas ganas de verla.

 
Y la otra película del día de hoy es "Bauryna Salu". Siguiendo una antigua tradición nómada llamada 'bauryna salu', Yersultan fue entregado a su abuela cuando nació para que le criara. Creció con resentimiento y distanciado de sus padres. Cuando cumple 12 años, su abuela muere y tiene que regresar con su familia, a la que apenas conoce. El paso a la vida adulta de Yersultan coincide con una transformación insoportable y un intento de restaurar la relación entre él y sus padres, especialmente con su progenitor.


Siempre es una sorpresa ver películas de otros países, que no suelen llegar a nuestra pantallas, una de ella es ésta, de Kazajistán, y en la Sección de Nuevos Directores, y los espectadores están deseando ver este tipo de propuesta, a tenor de que el Kursaal estaba completamente lleno sus butacas. Y la verdad que nos hace llegar todo ese mundo de tradiciones antiguas, esa separación de los hijos con sus padres, y de la manera de ganarse la vida, nos lleva de la mano del joven protagonista, en formato documental, que a la vez es una denuncia, y a la vez nos conmueve, en un paisaje duro, áspero, emotivo.
Como esa fotografía que verá una y otra vez, el único recuerdo de sus padres.
Contiene una intensidad dramática muy intensa. Muy Recomendable.

JOSE ANTONIO DIAZ

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